lunes, 25 de marzo de 2013

XIV. Pasión de Gavilanes, un poroto I


Son casi las siete de la mañana y me hice un ratito para contarles, porque los tenía súper abandonados. Y entre nos, los estaba extrañando.

Como les había adelantado, conseguí que Nicolás trasladara mi equipaje y mi perra hacia mi nuevo lugar. 

Apenas tuvo un blanquito para llevarme, cargué las cajas, a Lola y me fui.

Mientras más rápidas fueran las despedidas, mejor. No quería irme mal o triste…

Como Nicolás me conoce bastante bien, supo que no iba a despedirme de nadie, y la llamó a Candela, para “organizar una despedida casual” en la Terminal. Cuando él pasó a buscar las encomiendas que llevaba como parte de su trabajo, Candela estaba ahí, con mi sobrino más pequeñito.
Supongo que me habrá deseado buen viaje y me habrá pedido que le avise cuando llegue, como hace con cada uno de mis viajes. Pero lo que más recuerdo, como cada vez que me voy, fue su abrazo. Esos que se graban como tinta indeleble.

Subimos a la camioneta y enseguida puso música. Acto seguido preparé el mate y me dispuse a lo que, suponía, iba a ser un infierno.

Bueno, no me equivoqué mucho. A los diez minutos, empezó a hacerme preguntas incómodas y a recordar anécdotas de aquellos viajes que hacíamos los fines de semana, cuando éramos esos amantes adolescentes, escapándose de sus realidades para vivir esa pasión (ponéle) incontrolable.

Paramos unas dos veces así Lola podía hacer pis y nosotros recargar el termo. Y hacer pis también. Encima, yo le era totalmente inútil, porque no sé manejar, por lo que ni siquiera podía ofrecerle un recambio.

El paisaje cada tanto repetitivo, la música que ya me sonaba a ruido ambiente y mis piernas, que no sabía dónde ponerlas, me mostraban que esta aventura recién estaba comenzando. Un poco accidentada, pero comenzando al fin.

Después de, al menos, cuarenta minutos de siesta en medio, y que Nicolás intentara, sin suerte, un acercamiento no demasiado romántico en la última de las paradas, llegamos a Retiro.
Nico se predispuso a bajar las cajas y yo me bajé, con Lola, no sólo a estirar las piernas, sino a controlar que ninguna de mis cajas fuera para un destino incierto.

-Bueno, ahora es la parte en que vos me guiás o prendemos el GPS…-
-GPS. Sin dudas.- le respondí.

Teníamos que pasar por la inmobiliaria, yo me bajaría a buscar las llaves y seguir camino hacia el departamento. Bajaríamos las cosas y bueno, listo.

Eran las tres de la tarde. Yo había hablado con Mariano y quedó en esperarme, a pesar de que ya estaban cerrados.

Cuando agarramos la General Paz, era un caos. En realidad, pensé que un domingo a las tres de la tarde no habría tanto lío, pero por lo visto aún no había adquirido el pensamiento porteño. Tardamos aproximadamente hora y media en llegar.

Estacionamos en la inmobiliaria y me bajé. Mientras esperaba que Mariano abriera, prendí un cigarrillo y me dispuse a esperar. Allí estaba él, esperándome en la camioneta, esperanzado de que esta “ayuda” le diera una oportunidad conmigo. Y adentro estaba él, esperándome para darme las llaves que me abrieran paso a la nueva aventura.

-Pensé que no volvías…-dijo Mariano.
-Acá estoy…¿cómo andás Marian?- le dije, abrazándolo.

Nico escuchaba atento desde la camioneta cada palabra, observaba cada gesto. Podía sentir su mirada sobre mi espalda.

-Acá están las llaves…pero creo que podrías necesitar ayuda, así que me puse las zapatillas y pedí el día…- dijo, al tiempo que me dedicaba una de sus sonrisas matadoras.
-Pero no…no es necesario…tampoco traigo tanto eh!-

Ni esperó que le contestara, que se acercó a la camioneta y se subió en la cabina de atrás, con Lola. Yo apagué mi cigarrillo y, ante la mirada asesina de Nicolás, me subí al asiento del acompañante y deseé que la tierra me tragara, muy lentamente.



#CarolaImánDeQuilombos

1 comentario:

  1. uno a veces quiere ser Ñandú para que la tierra se lo trague, esas miradas asesinas que mas que incomodas, son un rifle en la cien.. por dios!
    El dilema con los amores..!!! SE TE JUNTO EL GANADO.COM y hablale a la mano o a LOLa para que por lo menos te saque del apriete en el que te encontrás!

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